El Departamento de Educación pretende convertir los centros educativos en edificios multiusos que puedan ser utilizados no solo por los alumnos sino también por el resto de vecinos. La medida afecta tanto a colegios como a institutos públicos del ámbito rural y del urbano. “Se trata de abrir los centros educativos a la vida de los barrios y de los municipios”, indicaron fuentes de la Administración educativa, que planea ya la firma de convenios con ayuntamientos “para buscar sinergias y que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de las instalaciones”.

En la actualidad, se estudian las fórmulas mediante las que se concretarán estos acuerdos que permitirían a los vecinos utilizar el gimnasio, la biblioteca o las salas multiusos de los centros. Eso sí, todavía falta por determinar cómo se reparte el gasto que supondrá compartir estas instalaciones y con qué ayuntamientos se inician los proyectos. Aunque ya se han establecido los primeros contactos.

La apuesta por estos edificios multiusos y flexibles responde a la intención del departamento de evitar que, con el paso del tiempo, los inmuebles se queden vacíos. “Se ha observado que la evolución demográfica, la expansión de las ciudades en barrios nuevos y otros fenómenos provocan que durante algunos años, haya una elevada demanda de unos servicios que no se mantiene en el tiempo”, sostienen desde Educación.

Un ejemplo de esta reducción en la demanda es el barrio zaragozano del Actur, marcado por una gran presión demográfica en su nacimiento, con gran cantidad de jóvenes con niños. “La oferta de colegios no era suficiente y hubo que construir unos cuantos. A medida que esos niños crecían, la presión se trasladó a los institutos, que también tuvieron falta de plazas. Ahora, algunos colegios del barrio no llenan sus plazas y en los últimos años ha habido que cerrar aulas por falta de demanda”, añaden estas mismas fuentes.

Por eso, Educación anunció hace unos meses que, a partir de ahora, todos los centros educativos de nueva construcción sean integrados, es decir, se podrá escolarizar a los niños desde Infantil hasta Bachillerato, por lo que no será necesario cambiar a los alumnos de centro cuando acaben Primaria y empiecen el instituto. Además, este nuevo concepto de centro –muy utilizado en la escuela concertada– permitirá dedicar más o menos cantidad de aulas a unos niveles o a otros en función de la demanda. Y, además, se estudiará que, si en un futuro se quedan vacíos, puedan tener otros usos para el barrio. Educación, pues, construirá con este modelo los nuevos colegios en los que sea posible por cuestiones de espacio. De momento, se plantean así los de Arcosur y Parque Venecia.

Asimismo, el departamento promoverá comisiones interinstitucionales con ayuntamientos y otros colectivos como asociaciones de vecinos y de familias para que estos aporten ideas sobre espacios del barrio que no están siendo utilizados y que podrían tener usos educativos. Un ejemplo de esto es la rehabilitación del IFET (el San Felipe del Rabal), que pertenece a la Cámara de Comercio. Este edificio se reformará para que la zona 2 cuente con un nuevo instituto en septiembre y alivie así la presión del resto de centros de Secundaria de la zona.

Fuente: El Periódico de Aragón



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